¡Hola cocinillas! Vamos con la primera semana de noviembre con toda la energía, y más del mundo. Tengo que confesaros que soy una enamorada de la tortilla de patatas. Es, junto con la ensaladilla rusa, la tapa más solicitada cuando voy a algún bar. Me imagino que a muchos de los que me leéis os pasa, y no me extraña. Esa jugosidad de la patata bien pochada, con la mezcla de huevo batido, en su punto perfecto de suavidad y de sal, es simplemente, una delicia. Y además, es tan fácil de hacer, que no hay excusas.
Los secretos para una buena tortilla de patatas son claros: buenos ingredientes, cortar las patatas lo más uniformes posibles, usar un buen aceite de oliva, utilizar huevos camperos o de gallinas ecológicas, no salar en demasía, y ponerle o no cebolla, va en gustos. A mi me gusta de las dos maneras, pero en realidad, si una tortilla está bien sazonada, las patatas son buenas y los huevos excelentes, nada puede salir mal.
Para esta tortilla de hoy he usado el estuche de vapor de Lekué. Un cacharro / achiperri, que me regaló una amiga y que uso para cocer en el microondas de manera fácil y rápida, y súper limpia. Las patatas quedan muy jugosas, y así ahorramos un poco con la fritura en aceite. Todo sea por cuidarnos un poco.
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