¡Hola cocinillas! ¿Cómo va ese día, o mejor, cómo lo lleváis, en general? Espero que todo bien y que todos estéis felices. Yo aquí ando, intentando recopilar la pila de recetas que tengo en el tintero, y que no he puesto antes. La idea es aprovechar este tiempo de confinamiento para organizar el blog, darle una vuelta, pensar en los vídeos de Youtube, en definitiva, en retomar uno de los rincones que más me gusta, éste.
Hoy os traigo una receta de pollo. El ingrediente comodín de la cocina. No se vosotros, pero la verdad es que me considero muy poco carnívora últimamente. Cada vez como menos carnes de ternera o de cerdo, y me puedo considerar, como diría mi amiga Pilu, de la «familia pavo-pollo» :-). Bromas aparte, esta receta queda riquísima, y si la acompañáis de unas ricas verduras, un plato realmente completo, os quedará. Me ha quedado en plan Jedi :-D.
Ingredientes
2 pechugas de pollo enteras, cortadas en cuadrados
2 cebollas
250 ml. de nata para cocinar
100 gr. de bacon
100 ml. de vino blanco
AOVE
Pimienta y sal
PREPARACIÓN
10 minutos
COCCIÓN
15 minutos
RACIONES
4
Preparación
Salpimentamos las pechugas de pollo, y las salteamos en una cazuela con un poco de aceite de oliva, hasta que estén doradas por ambas caras. Retiramos y reservamos.
En el mismo aceite, sofreímos las cebollas cortadas en juliana. Cuando tomen color, añadimos el bacon cortado en trocitos pequeños y rehogamos durante unos minutos. Volvemos a meter las pechugas en la cazuela. Añadimos el vino blanco y cocinamos, a fuego medio, hasta que se evapore el alcohol, unos 5 minutos.
Por último, incorporamos la nata, tapamos la cazuela y cocemos, a fuego lento, durante 15 minutos.
Podemos servir con perejil picado (yo no tenía y le puse seco).
Sin comentarios