
22 Dic Polvorones Caseros
¡Hola mis cocinillas navideños! Reconociendo que soy una enamorada de la Navidad, desde que era pequeña, y de que es una de las épocas del año que más me entusiasman y me llenan de alegría, ni que decir tiene que, aparte de lo que supone la Navidad en casa, con los adornos, las reuniones de la familia (que este año serán más escasas :-(), las cenas de Nochebuena y de Nochevieja, y los Reyes Magos, lo que más me gusta del mundo mundial, son los dulces de Navidad.
No me digáis que no es maravilloso poder comer turrón, almendras rellenas, bolitas de coco, mantecados de canela, polvorones de almendra, hojaldrinas, mazapán o mis adorados roscos de vino de Monda…no lo puedo negar: soy una dulcera de Navidad, y mira que no soy una dulcera en exceso, pero esta época del año, me pierde, literal.
Así que este año, me he propuesto hacer algunos dulces, sencillos, y ricos, para compartirlos con vosotros. Y vamos a dar comienzo con los polvorones. Sí, unos polvorones MARAVILLOSOS, de canela, almendra y ajonjolí….que nos ha sorprendido en casa muchísimo y que no tiene tanta tarea como lo que pensamos. Además, son perfectos para regalar o para que lo compartamos con la familia en Navidad. ¿Os animáis? Además, lo tenéis en vídeo en el canal de YouTube.
Ingredientes
- 350 gr. de harina de repostería
- 40 gr. de almendra molida
- 80 gr. de azúcar glas (podríais ponerle hasta 100 gr., pero con 80 gr. el dulzor es perfecto)
- Semillas de sésamo para decorar
- 110 gr. de manteca de cerdo ibérica (importante: sacarla de la nevera 24 horas antes de hacer los polvorones)
- Un chorrito de anís, como una cucharada colmada.
- ¼ cucharada de canela
Preparación
Primera parte de la preparación:
- Lo primero es precalentar el horno a 130ºC, con calor arriba y abajo.
- Tamizamos la harina y la almendra molida y reservamos.
- Colocamos la harina y la almendra molida tamizada en una bandeja de horno, forrada con papel vegetal. Horneamos durante 30 minutos, moviendo cada 10 minutos con una cuchara de madera. Veréis que poco a poco, va cogiendo un tono ligeramente tostado. Aquí un inciso, y es que no debemos excedernos de ese tiempo, porque si nos pasamos, puede que nos amargue la masa. Ahora lo dejamos reposar, hasta el día siguiente.
- Pesamos, de la mezcla de harina y almendra que tenemos horneadas, 320 gr., que son los que usaremos.
- Ponéis en un bol, esa mezcla pesada y el resto de los ingredientes. Nos ponemos unos guantes de latex, y vamos a ir mezclando todo, hasta conseguir una masa uniforme, que parece arenosa, pero que se puede trabajar y se une. Hacemos una bola, que aplanamos y lo metemos en el frigorífico, envuelta en film transparente, entre 30 minutos y una hora para que coja cuerpo.
- Vamos a dar forma a nuestros polvorones. Os recomiendo que uséis un cortador, porque os saldrán todos iguales, y se hornearán al mismo tiempo, que es lo importante. Podéis usar el filo de un vaso, o un cortador de galletas, la cuestión es que tengan un tamaño lo más similar posible, y no demasiado grande.
- Sacamos del frigo la masa, le quitamos el film y vamos cogiendo trocitos de masa, que iremos aplanando dentro del cortador, hasta que se llene. Mojamos con los dedos, la parte superior del polvorón y espolvoreamos con sésamo, y quitamos el cortador. Así lo haremos con toda la masa, apretando, mojando, espolvoreando y quitando el cortador. Como es una masa que se queda compacta, es fácil de mover a la bandeja de horno, pero sino lo podéis hacer directamente, en ella. Dejamos reposar el tiempo que podáis. Yo los tuve más o menos 1 hora y media, pero con 1 hora también iría bien.
- Precalentar el horno a 200º, solo grill, y los horneamos durante 15 minutos, a una altura media-alta —una parte debajo de la que usemos para gratinar la pasta, es decir, yo tengo 3 posiciones, la puse en la más baja de la rejilla de grill. Es importante que a partir de los 10 minutos, observemos como van, porque los hornos son diferentes y si el vuestro tuesta mucho, se os pueden quemar, así que vigiladlos, muy detenidamente.
- Los retiramos del horno y los dejamos enfriar en la bandeja. Los podemos pasar a una lata hermética, o envolverlos en papel de seda, como hice yo, o simplemente empezar a comerlos. Si no queréis ponerle sésamo, también los podéis espolvorear con azúcar glas, una vez estén fríos.
Maravilla.
XXX
Inmiki López

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